jueves, 2 de mayo de 2013

PINTURA MURAL EN LA SIERRA DE HUELVA. XXXVI JORNADAS DEL PATRIMONIO DE HINOJALES. 2011


PINTURA MURAL EN LA SIERRA DE HUELVA

PINTURA MURAL EN HINOJALES


XXXVI   JORNADAS DEL PATRIMONIO DE LA SIERRA DE HUELVA

Antonio Rodríguez Guillen
Antonio Manuel Cuaresma Maestre


            La Sierra de Huelva cuenta con un gran contenido de elementos patrimoniales de gran interés, entre los que destaca, la pintura mural, encontrándose una gran cantidad de fragmentos de pintura decorando, bien al fresco o al temple, gran parte de las paredes del interior de los templos que se localizan en diferentes puntos del territorio serrano.
            En este estudio se pretende, como ya hicieran en anteriores publicaciones de estas Jornadas de Patrimonio Mª Blanca Guillén y Jesús Mendoza, dar un valor añadido a tales pinturas murales, centrándonos en las realizadas entre la época bajomedieval y los inicios de la modernidad histórica en esta región onubense. No obstante dejaremos pistas de donde poder encontrar más edificios con decoración pictórica en sus paredes, pero realizadas en un periodo posterior al que comentaremos.
            Marcar un itinerario por diferentes templos de la Sierra en los que hay pintura mural, hallar el origen de su influencia, ver los ejemplos más cercanos a esta zona serrana, o acercarnos a ella desde un profundo estudio iconográfico, serán algunos de los objetivos que nos propondremos, deteniéndonos finalmente en la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación en Hinojales, donde encontramos algunos de los fragmentos más destacados de este tipo de pintura.
            La relación directa con modelos cercanos, en la pintura mural de la Sierra de Huelva, con modelos que se distancian aun más como Toledo e incluso el Trecento y el Cuattrocento italiano, pasando por supuesto por Sevilla y la propia Provincia de Huelva, son fundamentales a la hora de dar un sentido, sobre todo iconográfico, a nuestro estudio.
            Como conclusión proponemos la posibilidad de realizar una ruta cultural temática centrada en las pinturas murales de la Sierra de Huelva, así como destacar la importante labor de recuperación de estas pinturas, gracias a las recientes restauraciones llevadas a cabo  en los últimos años y que dejan entrever su esplendor.


            Vamos a realizar un recorrido por diferentes lugares, deteniéndonos principalmente en los templos donde podemos ver motivos iconográficos y estilísticos muy similares a los que encontraremos después en la Sierra.

            A la hora de comenzar a hablar de pintura mural el momento cumbre universal comienza en el Trecento italiano donde encontramos a maestros como Giotto, Tadeo Gaddi o Starnina, entre otros. La pintura italiana que influenciará posteriormente el territorio hispánico se caracteriza por su estilo internacional, con una influencia claramente florentina. Es en este lugar donde encontramos por ejemplo obras como La Última Cena de la Capilla de los Scrovegni, en Padova, realizada por el maestro italiano Giotto, o la Última Cena del Cenáculo de Santa Croce, de Tadeo Gaddi, también podemos poner como ejemplo la obra del creador de la Escuela de Toledo, Gherardo Starnina, en alguno de sus trípticos con Madonna, como trono de Jesús, en la Sierra podemos encontrar su similitud en pinturas halladas en Hinojales o en Aroche.
            Así, desde el levante español, llega el estilo florentino a Toledo. En Castilla, el arzobispo de la Diócesis toledana, Pedro Tenorio, crea el Taller-escuela pre-renacentista en Toledo, en torno a su Catedral, a finales del siglo XIV y primer tercio del siglo XV. Se difunde el estilo, por toda la diócesis toledana durante el siglo XV, proyectándose también hacia Cuenca, Valladolid o Andalucía (hacia Sevilla, Cádiz, Granada, donde se combina el estilo con las pervivencias islámicas de tradición local, el “mudejarismo”, que se aprecia por ejemplo entre otros detalles, en el fondo de muchas escenas). Es en este momento cuando el estilo pictórico también se cruza con la influencia francesa y flamenca.
            En la Capilla de San Blas, situada en el ángulo noroeste del Claustro de la Catedral toledana, levantada a finales del Siglo XIV, podemos comprender todo lo anteriormente dicho. Catorce temas realizados al fresco, decoran dicha Capilla, entre los que destaca el tema de la Anunciación, en el muro oeste, atribuible a dos maestros pintores; el Maestro que realiza el tema de Pentecostés, de él sería  la parte inferior de esta Anunciación, y la influencia del estilo de Rodríguez de Toledo, al que se le atribuye la parte superior, destacándose la buena factura de la cabeza de la Virgen en esta Anunciación. Este taller trecentista castellano, tiene una clara influencia directa de Giotto y su obra en la Capilla de los Scrobegni en Padua. La decoración de esta Capilla data del primer cuarto del siglo XV y tendrá una influencia posterior en la Ermita de San Pedro de la Zarza de Aroche, hoy actual ermita de San Mames.

            Nuestro recorrido nos lleva ahora al antiguo Reino de Sevilla. Comenzando por ese gran taller artístico que fue su Catedral, donde, por ejemplo, en sus libros de Coro, concretamente en el 55 en su folio 55 vuelto, volvemos a encontrar una Última Cena, realizada a finales del siglo XV o principios del siglo XVI. Se pone de manifiesto en esta obra la importancia que toman las obras en miniatura, volviendo también la mirada a la influencia que llega a través de los grabados.
            También en las inmediaciones de Sevilla, en el pueblo de Santiponce, encontramos en el Monasterio de San Isidoro del Campo otro de los importantes talleres hispalenses, sobre todo en cuanto a pintura mural se refiere. Nos detendremos en su Sacristía, donde en el muro del testero vuelve a aparecernos una Última Cena, realizada con técnica al fresco, durante el último tercio del siglo XV. Estas dos últimas obras influenciaran temáticamente a las realizaciones de las localidades de Hinojales y Aroche.

            Llegamos así a la Provincia de Huelva, concretamente a escasos kilómetros de su capital, en Palos de la Frontera, se encuentra otro de los principales focos pictóricos de esta época que estamos tratando. En esta ocasión nos vamos a detener en la decoración del friso compuesto por zócalo, entrepaño, cornisa, que encontramos en el Claustro Mudéjar o de Clausura del Monasterio de la Rábida, realizado con la técnica al fresco sobre un mortero de tapial, que nos recuerda a los alicatados de cerámica hispanomusulmana. Estos frescos datan del último tercio del siglo XV, y en cuanto a su carácter mudejarizante nos remite a referencias directas a las realizaciones pictóricas de Hinojales, Aroche o Cala.
            También en esta misma localidad de Palos de la Frontera, si nos acercamos a su iglesia principal dedicada a San Jorge, en la cabecera, en el lateral derecho de la Capilla Mayor, encontramos, además de la iconografía de San Jorge, datada en el siglo XVI, y la de la Virgen con el Niño, esta de finales del siglo XV, la imagen de Santiago el Mayor en la Batalla de Clavijo, este fresco data de finales del siglo XV y esta misma iconografía la encontramos en la Sierra en la ermita aruccitana y en la ermita de Santa Eulalia de Almonaster la Real.
            Pero al igual que hablábamos de escuelas pictóricas entorno a la Catedral toledana, hispalense y San Isidoro del Campo, en la actual región onubense los principales maestros se encontraban, además de en el Monasterio de la Rábida, en el Monasterio de Santa Clara de Moguer. Concretamente en la iglesia de este Monasterio,  en la nave de la Epístola, un enorme San Cristóbal domina el muro en este lado de la iglesia, también podemos datarle en el último cuarto del siglo XV, y además podemos relacionarlo con imágenes en los templos de Aroche, o en Cala, aunque en este último municipio esta iconografía se encuentra hoy día documentada y oculta bajo la cal.
            Esta “Escuela entorno al Monasterio de Santa Clara”, influye estilística, técnica e iconográficamente a los municipios de su alrededor, como por ejemplo en Trigueros, donde en la cabecera de la iglesia de San Antonio Abad, podemos apreciar, además de el tema del Abrazo místico o diferentes motivos geométricos, la iconografía de Santa Catalina, realización esta al temple, todo ello documentado en el siglo XV, y que a posteriori veremos su influencia en Hinojales.
            También en el templo de Nuestra Señora de la Cinta, en Huelva, en el muro frontal del presbiterio, y realizada con técnica mixta, fresco con repintes de temple al huevo y pan de oro, encontramos la iconografía de la Virgen con el niño, que es la imagen que hoy podemos ver si nos acercamos al templo, esta se encuentra enmarcada en un retablo tras el que se encuentra también las pinturas murales de Santa Lucía y San Blas. Nos encontramos aquí con una pintura tardo-gótica datada en el siglo XV. Esta misma iconografía la encontraremos en Aroche o Almonaster la Real.
            Cerca de este importante foco pictórico, en la Palma del Condado, en la cabecera en la Nave de la Epístola, es ahora una Anunciación de la Virgen María a San Joaquín y a Santa Ana, realizada al fresco y técnica mixta en el último cuarto del siglo XVI, la que nos ocupa. Este tema de la Anunciación, muy recurrente en la Sierra de Huelva, con claros ejemplos en Aroche o Aracena.
            Por último y para concluir este recorrido nacional, que hemos iniciado en Italia, acercándonos hasta nuestra región, nos detenemos en la Iglesia de San Martín en la localidad de Niebla,  donde en su presbiterio observamos fragmentos de pinturas murales, identificándose a San Martín a caballo, partiendo la capa, y en el mural contiguo, la figura de un Ángel y un Caballero orante, todo ello del siglo XV. Y mostrándose una imagen ecuestre al igual que en Almonaster la Real o Aroche.


La Sierra, perteneciente al alfoz sevillano, hasta la configuración de la actual provincia de Huelva, no quedo al margen de estas nuevas corrientes y rápidamente acogió en Iglesias y Ermitas la decoración pictórica en sus muros.
La lejanía con la metrópolis sevillana y otros focos artísticos condicionó la implantación de las mismas en la zona, la presencia de aprendices que acompañaban al Maestro debió de ser más numerosa con el objeto de aligerar la obra como se aprecia en muchas pinturas murales, normalmente el maestro  solo aparecía en la ejecución de los elementos más importantes de la escena. 
Todo esto dificulta determinar su cronología y autoría. A través  de las técnicas utilizadas vamos viendo la evolución del proceso pictórico en la comarca, así  vemos las marcas de incisiones en el mortero cuando este aún estaba fresco, técnica esta frecuentemente utilizada hasta mediados del siglo XV y que en la pintura mural de la región se sustituye a partir de la segunda mitad del siglo XV por el uso del estarcido.
Como estas, podemos apreciar una serie de características frecuentes en la Sierra, son las siguientes:
La preparación de los muros con mortero de cal  y abundante fibra vegetal, y que en la pintura al fresco la paleta de colores que en el caso de la Sierra es muy reducida a base de negros de humo, ocre, rojo almagra, minio y el blanco del mortero de cal. Además se utilizaron elementos ferrosos en la elaboración de pigmentos.
En cambio, es importante la muestra de la pintura mural realizada al temple por su amplia paleta de colores así como la diversidad de motivos geométricos empleados en la elaboración sobre todo de zócalos.
La influencia mudéjar se aprecia sobre todo en la cubrición de los fondos de las escenas, o la exposición de elementos domésticos de la época, sobre todo en las Sagradas Cenas, como cubertería, carnes, pescados, mantel y demás elementos que nos dan una visión antropológica de la vida de los serranos de la época.
Aparecen, en las pinturas de la Sierra, motivos religiosos tomados de los libros miniados o la representación de los Apóstoles frecuente durante el siglo XV y principios del XVI, tomadas de modelos italianos del Trecento.
La repetición de las mismas escenas en las diferentes localidades serranas (Anunciación, San Cristóbal, San Pedro, etc.) nos mueve, una vez analizada la pintura, a referenciarla con otras de la misma iconografía existente en la zona.
La mayor parte de las pinturas murales serranas estuvieron hasta épocas recientes tapadas bajo gruesas capas de cal, sufriendo un proceso de carbonatación importante y que en la mayoría de los casos fueron el resultado de medidas profilácticas después de diferentes  procesos de enfermedades contagiosas que afectaron a la región, siendo los edificios religiosos utilizados como lazaretos y hospitales.

Pasamos pues a ver las diferentes muestras pictóricas existentes en la comarca de la Sierra:

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Santa Olalla del Cala.
Es un edificio de la primera mitad del siglo XIV, vinculada a la reconstrucción del recinto del Castillo, próximo a ella, que le da su aspecto fortificado.
Las pinturas se encuentran tras el Retablo Mayor, en el testero, son unos pequeños restos de un Nacimiento, escenas de la vida denla infancia de Jesús. Debido a su ubicación no se ha podido precisar su técnica, aunque pensamos que puede ser una pintura realizada al fresco y correspondiente al siglo XV.

Ermita de Santa María del Valle en Aroche
La ermita se encuentra a orillas del río Chanza, en la finca de la Belleza, frente a la ermita de San Pedro de la Zarza, es de finales del siglo XIII, siendo la parte más antigua el ábside, la nave es del siglo XV de planta rectangular con arcos transversales apuntados.
Las pinturas murales se encontraban en el interior del ábside, siendo trasladadas en 1997 al Museo Arqueológico Municipal, donde se encuentran hoy día.
La iconografía nos presenta a una Virgen con el niño sentada sobre un escabel, flanqueada por dos  ángeles con cirios encendidos. En la parte baja del muro un zócalo de motivos geométricos de raigambre mudéjar. A mediados del siglo XX un rayo cayó sobre la escena de la Virgen rompiendo su parte central y derrumbando la bóveda de horno que la cubría. La técnica utilizada es el fresco y la podemos datar sobre la segunda mitad del siglo XV. Con similitud en la Sierra en la Ermita de Santa Eulalia de Almonaster la Real, donde también aparece la Virgen como trono del Niño Jesús.

Iglesia Prioral de Santa María de la Asunción de Aroche
La zona más antigua del edificio es del siglo XIV, inconclusa, en ella intervinieron importantes arquitectos como Hernán Ruiz II, Diego de Riaño Vermundo Resta y otros.
La pintura representa a un San Cristóbal, está junto a la Puerta de Flores o del Cementerio y escondidas tras el retablo de Nuestra Señora de los Remedios. Son pinturas murales que por estar tapadas con el retablo solo son visibles al mover un pequeño lienzo de la Virgen de Guadalupe que está en el ático. Se hace referencia en un testamento por la construcción de una cripta nobiliaria en el cual se dice: “que no se toque en la obra los muros donde se encuentran las pinturas y si así fuese se reedifiquen.”
            A medida que se concluía el edificio y al no poder trasladar la pintura mural de San Cristóbal se decidió hacerlo en una pintura en lienzo, ello permitiría sus sucesivos traslados hasta estar concluido el edificio. La pintura-marco de San Cristóbal fue ejecutada por Juan de Espinal en 1781 quedando obsoleta la anterior pintura mural y ante problemas de humedades se le colocó un retablo cubriéndola.

Ermita San Pedro de la Zarza en Aroche
Situada a 3 Kilómetros al Norte de la villa de Aroche, junto al río Chanza y sobre la Basílica que se encuentra en el foro de la ciudad romana de Turobriga.
La zona más antigua de la ermita es el ábside del segundo tercio del siglo XIII, pertenece a la arquitectura de repoblación castellana o románico del ladrillo con fases posteriores desde el siglo XV al XVIII.
Las pinturas prácticamente están presentes en todos los muros interiores de la ermita, siendo el espacio de pintura mural más grande de la Sierra, habiendo sido restaurado en 2008-2009. La iconografía nos presenta a un San Cristóbal, una Anunciación y una Sagrada Cena en el muro Norte, en el arco triunfal un San Pedro y una Anunciación y en el muro Sur al apóstol Santiago en una escena en la que aparece también un castillo. La técnica empleada es el fresco y en el ábside y pilares al temple.
En cuanto a su cronología; San Cristóbal, es del primer cuarto del siglo XIV, la Anunciación del muro Norte, de la segunda mitad del siglo XV, la  Ultima Cena, de finales del siglo XV o principios del siglo XVI. Y en el Arco Triunfal, San Pedro y la Anunciación del siglo XV, y en muro sur, Santiago y la escena que compone con el castillo puede datarse en el  siglo XV.
Algunas similitudes iconográficas en la Sierra, son por ejemplo en Hinojales, Cala, Almonaster la Real y en Aroche las de Santa María del Valle y el San Cristóbal de la Prioral de la Asunción también en Aroche.


Última Cena. San Pedro de la Zarza. Aroche


Ermita de Santa Eulalia en Almonaster la Real.
A 20 Kilómetros del núcleo urbano de Almonaster, a orillas del río Odiel y sobre restos de un asentamiento romano se encuentra la ermita.
El edificio es de una sola nave con presbiterio rectangular y rodeado al exterior con un pórtico de arcos mixtilíneos y de medio punto. Los arranques del ábside parecen ser restos de un sepulcro turriforme romano.
La iconografía de sus pinturas murales interiores  en las que aparecen una serie de Santos de pie, de izquierda a derecha son San Jorge, Santa Julita, Santa Eulalia, la Virgen con el niño y San Miguel. En el lado izquierdo aparece San Vicente con dos orantes a sus pies junto a varias escenas de la vida de Santa Eulalia. En el muro de la derecha esta Santiago y San Sebastián con dos orantes. De los Santos del muro del testero, posiblemente sólo su tercio inferior sea original, estando lo restante repintado, la escena de Santiago también esta repintada, siendo solo original en este panel la figura de San Sebastián.
La técnica empleada es al fresco y su cronología entorno a finales del siglo XV. Fueron descubiertas en 1972 y desgraciadamente restauradas posteriormente con dudoso rigor histórico. Similitudes en la Sierra las encontramos por ejemplo en Aroche.


Ermita de Santa Eulalia, Almonaster la Real


Iglesia de Santa María Magdalena de Cala
Edificio primitivo medieval que data del siglo XV, del que se ha conservado el buque de la nave, el presbiterio con su bóveda esquifada y la portada lateral.
Tras la restauración del retablo Mayor apareció en el muro del testero un conjunto de pinturas murales al temple que representa pasajes de la vida de la Magdalena, aunque en este mismo espacio aparecen pinturas de un San Mateo y de un San Cristóbal.
Pinturas murales al temple que fueron terminadas el 18 de Marzo de 1521, según reza en una inscripción en el retablo, y fueron restauradas en 2003. La iconografía corresponde a diferentes escenas de la vida de la Magdalena, de la primera mitad del XV podrían ser el San Mateo y San Cristóbal, de la parte superior de la capilla. Sus similitudes en la Sierra son, por ejemplo; Hinojales, Aroche y Aracena, en muchas de sus figuras.


Retablo mural de la Magdalena. Cala

Iglesia Nuestra Señora de los Remedios de Cortelazor.
En este municipio se inician las obras del actual edificio entorno a 1570, aunque debió de existir un templo anterior de origen medieval bajo un diseño de Hernán Ruiz II, las obras continuaron en siglos posteriores.
Las pinturas se encuentran en la Capilla Mayor en el interior de un arcosolio, se representa un Calvario, flanqueado a su izquierda por un Bautismo de Cristo y a la derecha una Santa sin atributos. En la parte superior del testero, aparece un Dios Padre junto a San Miguel Arcángel, San Blas Obispo y dos pequeños escudos donde aparecen restos de un azor.
En los muros laterales y en la bóveda se pueden ver imágenes de los evangelistas y temas decorativos que podemos enmarcar entre los siglos XVII y XVIII. La técnica empleada es mixta, con un dibujo preparatorio al fresco y terminación al temple. En cuanto a su cronología debieron realizarse entre 1575, año en que se concluyeron los muros del Presbiterio, y 1602 momento en que se encargó su primer retablo, que hoy se encuentra desmontado en los pies del templo.

Convento de Santo Domingo de Aracena
Convento dominico de mediados del siglo XVI, fue fundado y financiado por clausula testamentaria de Doña Ana Barba de Castilla. Actualmente se conserva la Iglesia gótico-mudéjar del siglo XV (antigua Ermita de San Sebastián).
Las pinturas se encuentran en el testero de la nave de la derecha, son restos de pintura mural fingiendo un retablo de mampostería. La técnica utilizada es la pintura al temple y su cronología finales del siglo XVIII.


Llega el momento de detenernos en Hinojales, en su Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación. Donde destacan una serie de motivos iconográficos de diferentes episodios de la vida de Cristo, además de diferentes Santos. Y que se encuentran repartidos principalmente por la cabecera del templo.
Técnicamente las pinturas aquí halladas están tratadas al fresco, en su dibujo preparatorio, y terminadas al temple sobre un mortero de cal ya seco. Su cronología parece datarse entre el segundo tercio del siglo XV y la primera mitad del siglo XVI.
A la hora de tratar sobre estas pinturas es inevitable hacer referencia a Don Rodolfo Recio Moya, Doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid, literato y antropólogo, que en el año 1981 publicó “Las pinturas de Hinojales”, en torno a este trabajo suyo organizaremos nuestro estudio añadiendo algunas aportaciones.
Comenzaremos tratando las pinturas que datan de finales del siglo XV, pinturas estas que Don Rodolfo Recio atribuye a un posible “Maestro gótico de Hinojales”.
En el testero de la nave de la epístola, aparecen las escenas de la Magdalena y el Ángel ante el Sepulcro Vacío y la Presentación de Jesús en el Templo, aunque también se ha llegado a pensar que se trataba de la presentación de la Virgen en el Templo, o incluso Carrasco Terriza, habla del nacimiento del Bautista, en el momento en el que Zacarías lo inscribe en el libro de nacimiento, haciendo referencia al pasaje narrado en los evangelios.
En la primera el “ángel del Señor” (Mt. 28,2-7) anuncia a la Magdalena la resurrección de Cristo, en algunos pasajes de los evangelios canónicos dice que es Jesús el que se le aparece a la Magdalena, pero en esta escena es un Ángel el que se encuentra junto al  sepulcro abierto, teniendo este como fondo de escena la ciudad amurallada de Jerusalén. Esta referencia a la vida de Santa María Magdalena nos remite directamente a Cala, cuyo retablo mural está dedicado a esta Santa. En la segunda aparece la Virgen con Jesús en sus brazos presentándolo al Sumo Sacerdote en el Templo de Jerusalén. Encontramos paralelismos temáticos referentes a una escena de la infancia de Jesús en Santa Olalla del Cala en la escena del Nacimiento.


Pinturas en la nave de la epistola. Hinojales

De principios del siglo XVI, atribuibles a otro Maestro, en este caso del “Maestro cuatrocentista de Hinojales” nos encontramos con la Última Cena, San Antonio Abad, San Bartolomé, un Santo arrodillado difícil de identificar, una escena con Santa Catalina y Santa Lucía, posiblemente Santa Margarita y una Inscripción con caracteres góticos que hace referencia a la donante que manda la realización de estas pinturas. Tras el Retablo Mayor, en el interior del arcosolio apuntado aparece una Asunción de la Virgen a los Cielos y en el intradós de este arcosolio imágenes de los cuatro evangelistas, también posiblemente en la parte superior de esta escena una Anunciación, pero esta escena es difícil de identificar.
En la escena de la Última Cena podemos distinguir, gracias a la inscripciones en la parte superior de la escena, a Jesús en el centro de la misma, sobre Él a San Juan, a su derecha San Pedro, San Andrés, San Bartolomé, San Mateo, Santiago el Mayor, y al otro lado de la mesa a Judas. (La parte izquierda de la escena se encuentra desaparecida por la apertura en este lado de una puerta de acceso a la Sacristía, obra que a su vez dejó a la vista en 1967 las pinturas que hoy podemos observar). Nos detenemos en la figura de Santiago el Mayor, representado también en Aroche, donde porta el sombrero de peregrino con la concha, aparece además a caballo en la escena de la Batalla de Clavijo, o en Cala donde también aparece como apóstol y peregrino en el retablo dedicado a la Magdalena, es frecuente la utilización de su iconografía en una zona donde la Orden de Santiago tuvo un lugar destacado. Además también destacan las figuras, en primer lugar, de Jesús que porta en su mano izquierda el cáliz sobre el que se encuentra la ostia y con la mano derecha hace el ademán de bendecir, sobre Él se encuentra recostado San Juan, tal y como lo narra en su evangelio, hecho este que se produce justo después de que Jesús diga a sus discípulos que uno de ellos lo entregará, motivado por este hecho aparece en esta escena de Hinojales algo común en las Últimas Cenas, el dinamismo, en realidad, un tanto arcaizante en sus figuras, entre los apóstoles que comienzan a preguntarse quién entregará al Maestro. 


Ultima Cena, Hinojales
Entra en escena nuestro siguiente personaje a destacar; Judas, que sigue también la iconografía narrada en el Evangelio de Juan, en el que se dice para que se cumpla la escritura: “el que come conmigo se ha vuelto contra mí” (Jn. 13,18-19), Judas se encuentra literalmente en el otro lado de la mesa, además Jesús añade algo que podemos observar en esta escena,  “… a quien yo de un trozo de pan mojado. Mojó el pan y se lo dio a Judas, y tras el bocado entró en él Satanás(Jn. 13,26-28), es esta justamente la iconografía con la que se representa Judas en las Últimas Cenas, comiendo del plato de Jesús, y además con la barba y el pelo rojizo, como si la encarnación de Satanás se tratase. Como último detalle observamos como porta la bolsa de las monedas, por las que traicionó a Jesús, ocultándolas tras su cuerpo.
 Justo a la derecha de Jesús se encuentra Pedro, en quien Jesús confía la iglesia, está justo a su derecha, y en esta pintura, como en la Última Cena en Aroche, sigue iconográficamente los modelos adquiridos por la escuela sevillana y que podemos ver en las obras de la viga decorativa de la capilla del Bautismo de la Catedral Hispalense, en sus  Libros de Coro, o en la Última Cena del Monasterio de San Isidoro del Campo.  
Sobre la mesa, un buen estudio de bodegón, dejando verse el cordero pascual en el centro, cubiertos, pan, hortalizas,….
En la Sierra podemos encontrar esta misma escena en Aroche.

            A San Antonio Abad, lo encontramos en la jamba de acceso a la Capilla Mayor, en su lado del Evangelio. Se representa a este Santo con una saya en la que se representa una “tahu” griega, uno de sus atributos, y con un libro abierto y un bastón también en forma de “tahu”.
            En el testero de la nave del Evangelio, aparece a la derecha del mural, San Bartolomé, el cual tiene una inscripción con su nombre en el halo de santidad, aparece con un libro cerrado y una soga en la mano izquierda, donde lleva atado al demonio, y sujetando un cuchillo con la derecha, elemento éste de su martirio, ya que fue desollado, vistiendo casulla blanca con decoración, sobre una interior roja, color de la vestimenta de los mártires. A este mismo personaje lo encontramos en la Última Cena tanto de Hinojales como de Aroche. Junto a él hay una escena de un Santo arrodillado imposible de identificar.
En la escena contigua aparecen Santa Catalina de Alejandría y Santa Lucía, situadas en el centro del mural. Santa Catalina, se presenta con halo y corona, en su mano derecha porta una espada, y bajo esta la rueda dentada, símbolo de su martirio, la mitad de la figura se encuentra desaparecida tras el retablo. Santa Lucía, representada también con halo de santidad en el que aparece su nombre, lleva en su mano derecha la palma del martirio y en la izquierda una bandeja donde porta sus ojos. En el espacio que hay entre ambas figuras aparece una columna que queda al fondo, saliendo en perspectiva las santas de su enmarque. 


Pinturas de la nave del Evangelio, Hinojales
Por último a la izquierda del mural, encontramos, según Carrasco Terriza a Santa Margarita, vistiendo túnica roja, con una cruz en sus manos que la sostiene a media altura. Le rodea la cabeza el halo de santidad, esta cruz que sostiene es su principal atributo en las representaciones que se hacen de esta Santa.
            En cuanto a la inscripción gótica, es bastante frecuente que entre estas pinturas  aparezca este tipo de inscripciones, por ejemplo en Aroche, en el Ángel de la Anunciación; en Cala, en el Ángel de San Mateo, donde la inscripción se encuentra dentro de una filacteria, o en otro formato, la inscripción bajo el retablo pictórico también en Cala; o la leyenda que aparece en las pinturas de Santa Eulalia en Almonaster la Real. En Hinojales concretamente hace referencia a la donante de estas pinturas, que según Carrasco Terriza es “Juana Martín de la Granada” la que manda pintar esta obra, y la que hace dejar constancia de ello.
            Por último hacer referencia a las representaciones que se encuentran detrás del Retablo Mayor, la Asunción de la Virgen y las imágenes de los cuatros evangelistas, que también datan de la primera mitad del siglo XVI.

            En el siglo XVII, estas pinturas murales quedan ocultas tras los retablos tras un cambio en la moda de decorar los templos religiosos más acorde con los tiempos que corrían, es el momento de los retablos. Pero queda la Constancia, sobre todo después de la restauración llevada a cabo por Miguel Ángel Mercado de la decoración pictórica mural total o parcial del interior de esta Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, al igual que ocurriría en la mayor parte de los templos de nuestra región.

Como comentábamos al principio, podemos tematizar una ruta, en toda la comarca en torno a estas auténticas obras de arte, gracias, como también apuntábamos a las restauraciones recientes que deben de ir seguidas de una revisión periódica para su conservación y en los templos donde aún estas pinturas se encuentran tras la cal o tras los retablos, su recuperación daría más importancia al edificio otorgándole ese valor añadido que antes no era apreciable y ahora pasarían, con su recuperación, a formar parte de la decoración del templo. Anterior a la colocación en las iglesias y ermitas de los retablos, hay constancia de que estos edificios en su mayoría estaban decorados con pinturas murales que además servía para un reconocimiento mayor de los principales santos protectores y venerados en la zona y de las principales escenas bíblicas.
La deuda pendiente al tocar estas pinturas murales es su autoría, sirva esta publicación junto a las publicadas anteriormente por diferentes profesionales en estas Jornadas, como una nueva toma de partida para futuras investigaciones que puedan aumentar esta lista de resto de pinturas murales en la sierra, acercarnos aun más a la fecha de realización de las mismas y descubrir sus autores para  así, darle la importancia que se merecen.
Ofrecemos para finalizar una amplia bibliografía que atañe tanto a la Sierra de Huelva como a los principales lugares comentados en este recorrido.

También querremos dejar constancia de una serie de templos que entre sus paredes se encuentran decoración pictórica mural, por diferentes municipios de la Sierra y de diferentes épocas pictóricas:
Cañaveral de León. Iglesia de Santa Marina Mártir. (Bajo la cal en la pared izquierda del presbiterio). Pinturas murales con motivos vegetales, de estilo gótico-mudéjar. Inicios del siglo XVI.
Aracena. Iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor. Siglo XVI. Virgen de la Antigua.
Aracena. Iglesia del Antiguo Convento de Nuestra Señora del Carmen. Bóveda del crucero. Siglo XVII, pinturas barrocas. Tondos con los cuatro papas carmelitas.
Puerto Moral. Iglesia de San Pedro y San Pablo. Presbiterio, bóveda y muro testero. Siglo XVII. Representan al Padre Eterno y a las Virtudes Teologales; Fe, Esperanza y Caridad.
Santa Olalla. Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Detrás del Retablo de Nuestra Señora de la Soledad. Fines siglo XVII y principios del siglo XVIII. Imitación de un retablo dedicado a San Lázaro, costeado por Diego López y su mujer.
Almonaster la Real. En la Mezquita y con objeto de su orientación litúrgica al culto cristiano, se dedica el templo a Santa María, se realizaron obras en el siglo XVIII construyendo la bóveda semiesférica que cubre hoy el Presbiterio, adornándola con pinturas de las cuales hoy se aprecian algunos restos.
Castaño del Robledo. Portada barroca de una casa. Segunda mitad del siglo XVIII.
Castaño del Robledo. Iglesia de Santiago el Mayor. Bóveda de la capilla.
Castaño del Robledo. En la Iglesia Inacabada o Monumento, en su interior se conservan los dibujos incisos sobre estuco del revoque mural que reproducen, a diferentes escalas, los alzados, portadas y demás elementos decorativos de la obra
Santa Ana la Real. Iglesia de Santa Ana. (Edificio de la segunda mitad del siglo XVIII). Con pinturas murales interiores del siglo XX.
La Umbría (Aracena). Iglesia de Nuestra Señora de la Antigua. Bóveda del Presbiterio. En torno al siglo XVIII. Motivos entrelazados de cintas planas y decoración vegetal estilizada, contiene medallones con los cuatro Evangelistas.
Valdelarco. Iglesia del Divino Salvador. (Reedificado en 1770). Capillas laterales, hay pinturas del siglo XX..
Aroche. Ermita del Cristo de la Humildad y Paciencia. Tras la cal de la bóveda de media naranja hay pinturas murales de los siglos XVII-XVIII, al igual que detrás del retablo actual, hay un retablo de mampostería decorado con pinturas murales.
Alájar. Ermita de la Reina de los Ángeles. En 1910 por suscripción popular se decoraron los muros y bóvedas con pinturas murales por el artista Rodríguez Magaña que serian retocadas posteriormente.
Cortegana. Iglesia del Divino Salvador.



BIBLIOGRAFÍA
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AA. VV. “Claustro y Capilla de San Blas”. Cabildo Catedral Primada Toledo. 2008.
AA. VV. “El mudéjar en Andalucía”. Jornadas europeas del patrimonio 2000.
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